Las exigencias adicionales impuestas por la Unión Europea (UE) para las certificaciones orgánicas generan una fuerte presión sobre los costos, lo que hace que sea “muy difícil seguir cumpliendo” con esta corriente comercial, dijo el CEO de MBRF para Uruguay, Marcelo Secco.
“Las normas son de no creer”, comentó Secco al referirse al marco regulatorio de la UE. “Hay restricciones muy fuertes. Le avisamos a los productores ya en octubre que era muy difícil seguir cumpliendo”, afirmó.
Entre los cambios más significativos, el CEO de MBRF explicó que la UE eliminó el concepto de certificación grupal, lo que implica que cada establecimiento debe auditarse de forma individual. “Tiene que ser auditado cada predio en forma individual, cosa que dispara los costos a las nubes”, subrayó. Las auditorías son realizadas por inspectores extranjeros, lo que encarece aún más el proceso. “Eso no paga la cuenta. Esa es la realidad”, resumió Secco.
El escenario es diferente en el caso de Estados Unidos, donde se mantiene vigente el sistema grupal de certificación. “Estados Unidos continúa con el concepto de grupo”. En el caso de MBRF, recientemente se llevó adelante una nueva inspección, con la ampliación del número de productores certificados.