El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que su administración alcanzó un acuerdo para reducir el precio de la carne vacuna para los consumidores, durante un acto realizado este jueves en el Despacho Oval.
El lunes, desde el Air Force One, dio más pistas acerca de esta intención y dijo que Estados Unidos “comprará más carne Argentina”, país que enfrenta el próximo fin de semana elecciones de medio término, en las que Trump pretende ayudar para que la administración de Milei logre buenos resultados. La Asociación de Ganaderos de Estados Unidos (USCA, por sus siglas en inglés), advirtió que una intervención del gobierno federal podría generar volatilidad en los mercados de ganado vivo y de engorde, perjudicando así a los productores.
Ayer la secretaria de Agricultura de EEUU, Brooke Rollins, dio pistas adicionales al decir que “en uno o dos días” podría haber novedades al respecto y matizó el anuncio al afirmar que “no será mucho” respecto a la cantidad de carne que se consume en el país.
Hasta ayer no se supieron detalles de cómo sería el acuerdo para que Estdos Unidos compre más carne vacuna argentina. Posiblemente, otorgándole una cuota adicional libre de arancel a las 20 mil toneladas con las que ya cuenta el país sudamericano, seguramente quitando parte del volumen del cupo otorgado a terceros países (que últimamente estaba utilizando Brasil de forma casi exclusiva), tal como hizo pocos meses atrás con el cupo de 13 mil toneladas que Washington le adjudicó al Reino Unido.
El rodeo estadounidense está en el nivel más bajo en décadas debido a la sequía y los altos costos, ya que muchos productores liquidaron vientres. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, en agosto los consumidores estadounidenses pagaron un récord de US$ 6,318 por libra de carne picada. El panorama podría empeorar en 2026, cuando el Departamento de Agricultura de EEUU prevé una caída adicional en la oferta total de carne vacuna.
El suministro externo también enfrenta limitaciones: las importaciones de ganado desde México siguen suspendidas para evitar la propagación del parásito conocido como “gusano barrenador del Nuevo Mundo”, mientras que los envíos de carne desde Brasil —uno de los principales productores globales— están sujetos a una sobretasa adicional del 40%.
La iniciativa sobre la carne vacuna sigue a una acción anterior del gobierno para bajar el precio de los huevos, que se había convertido en un símbolo de la inflación y las preocupaciones de los consumidores frente al aumento de los costos en los supermercados. En ese caso, EEUU respondió incrementando las importaciones y otorgando apoyo adicional a los productores avícolas.