La contracción del rodeo estadounidense y las restricciones al ingreso de ganado mexicano profundizan la escasez de hacienda. La eventual importación de carne argentina aparece como una alternativa para compensar el faltante, aunque su impacto sería limitado, según un informe del Instituto de la Carne de EEUU.
Las importaciones de ganado desde México cayeron 73% interanual en el primer semestre de 2025, lo que redujo drásticamente la disponibilidad de animales para faena. Según el informe, “esta pérdida de importaciones se produce al comienzo de la cadena de suministro de carne, lo que deriva en mayores precios o mayores costos dentro del segmento”. En este contexto, la apertura a carne argentina podría aliviar parcialmente la falta de materia prima para la industria estadounidense, especialmente en la elaboración de carne molida y productos industriales. Cerca del 50% del consumo de carne vacuna en EEUU corresponde a hamburguesas, que dependen de un flujo constante de carne magra importada.
Brasil ha sido un proveedor clave, aunque actualmente sus envíos enfrentan un arancel total de 76,4% tras las medidas impuestas desde agosto. En cambio, la participación argentina en el cupo “Other Countries TRQ”, con un arancel de solo 4,4 centavos por kilo dentro del contingente, podría ofrecer una alternativa competitiva. El déficit estructural de hacienda responde a un rodeo en mínimos históricos. A
l 1º de enero de 2025 el inventario nacional fue de 86,7 millones de cabezas, el menor desde 1951, con una caída de 8% respecto a 2019. A ello se suman las restricciones sanitarias por la aparición del gusano barrenador en México y la continuidad de la sequía que afecta más del 50% de las áreas de alfalfa. En paralelo, la producción de carne vacuna de EEUU bajará 4,2% en 2025 y las importaciones aumentarán 15,7%, según el USDA. En este marco, el ingreso de carne argentina podría ser un factor de equilibrio temporal más que una solución estructural.
Si Argentina cumple la cuota propuesta de 80 mil toneladas, solo aumentará su participación en las importaciones estadounidenses de carne de vacuno del 2% al 5%, lo que probablemente no afectará significativamente los precios de la carne de vacuno en tiendas o restaurantes.
