La preocupación por la peste porcina africana (PPA) ha vuelto a España tres décadas después de su erradicación. El hallazgo de varios jabalíes muertos en la sierra de Collserola, en pleno entorno metropolitano de Barcelona, ha encendido todas las alarmas y obligó a activar un dispositivo de vigilancia sin precedentes para frenar la expansión de una enfermedad que, aunque no afecta a los seres humanos, sí supone un serio riesgo para el sector porcino, uno de los pilares de la producción ganadera del país.
La Generalitat confirmó que varios jabalíes aparecieron muertos en el parque natural, lo que llevó a poner en marcha un perímetro de seguridad y a movilizar a agentes rurales, Mossos d’Esquadra, policías locales y, desde este lunes, también a la Unidad Militar de Emergencias (UME), consignó El Confidencial.
La situación ya está teniendo las primeras consecuencias. Taiwán ha suspendido de inmediato la importación de carne y productos derivados del cerdo procedentes de España. El Centro de Operaciones de Emergencia para la PPA anunció que la prohibición afecta a cualquier producto porcino, fresco o procesado, que llegue por mar o por aire. Además, Japón y México se han sumado como los primeros países en cerrar por completo sus mercados al producto español, mientras que EEUU, Reino Unido y Corea del Sur han optado por aplicar restricciones únicamente a la zona afectada por el foco. También China ha decidido bloquear temporalmente las importaciones de carne de cerdo procedentes de 12 empresas de la provincia de Barcelona. Las compañías aparecen registradas en la plataforma oficial con la indicación de “suspensión de importación”. Además, Reino Unido mantiene desde el viernes detenido el comercio de productos porcinos españoles.